lunes, 25 de agosto de 2025

VUELTA A ESPAÑA: guatemalteco CHUMIL a 35 segundos de Vingegaard

Etapa 3 - lunes 25 de agosto 2025. En la aldea Chuachalí, donde las montañas de Chimaltenango abrazan el cielo guatemalteco, nació Sergio Chumil González un 8 de octubre del año 2000. Bajo el sol que dora los maizales y entre caminos de tierra que serpentean como venas de la tierra, Sergio encontró en una bicicleta negra de llantas plateadas algo más que un juego de infancia: un destino. 


Como dice Benedetti, “hay un ciclo en el ciclo y un destino en el destino”, y en cada pedaleo de Sergio, Guatemala entera comenzó a latir. De niño, en Tecpán, soñaba con las grandes vueltas que apenas alcanzaba a ver en televisores prestados, donde el Giro, el Tour y la Vuelta a España eran ecos lejanos de un mundo que parecía inalcanzable. Pero los caminos de su aldea, ásperos y honestos, le enseñaron a trepar cuestas, a resistir el viento, a no rendirse. 

Como cuenta Galeano, “los nadies, los ningunos, los corridos a pie, esos son los que valen”, y Sergio, con la humildad de los nadies, empezó a escribir su historia en 2013, a los 13 años, en la Escuela de Iniciación de la Asociación Departamental de Chimaltenango. 

Allí, entre rutas de montaña y pistas polvorientas, su talento comenzó a brillar como el jade de su tierra.En 2017, con apenas 17 años, se coronó Campeón Nacional de Ruta en la categoría juvenil, y ese mismo año cruzó fronteras para competir en el Campeonato Panamericano de Mountain Bike en Guadalajara, México. 

Dos años después, en 2019, debutó en la Vuelta a Guatemala, logrando un podio en la octava etapa. En 2020, la Vuelta a Ecuador fue testigo de su garra: tercero en la etapa reina y en la categoría Sub-23. En 2021, se alzó como campeón nacional Sub-23 de ruta y contrarreloj, y en 2022, una medalla de plata en el Campeonato Centroamericano de Ruta lo puso en la mira del mundo. 

Ese año, España lo llamó, y Sergio, como un quetzal que vuela lejos del nido, cruzó el océano para unirse al equipo Aluminios Cortizo.En 2024, ya con el Burgos-BH, su nombre resonó en Europa. Ganó la etapa reina de O Gran Camiño en Galicia, venciendo a ciclistas como el canadiense Derek Gee, y se impuso en la tercera etapa de la Vuelta a Portugal, un hito histórico para Guatemala. 

“Es un sueño para mí poder correr aquí”, dijo en la Vuelta a Cataluña 2025, donde terminó en el puesto 38, entre los mejores 40 de un pelotón de élite. Su contrato con el Burgos-BH, renovado hasta 2027, es el eco de su esfuerzo, de su fe en que los sueños no tienen fronteras.Hoy, en la Vuelta a España 2025, Sergio Chumil es más que un ciclista: es un símbolo. Como los uruguayos que vibran con  Fagúndez y con Silva Coussan en cada etapa, los guatemaltecos se pegan a las pantallas, desde las aldeas de Chimaltenango hasta las calles de Ciudad de Guatemala, para ver a su hijo trepar las montañas de Europa. Es el segundo guatemalteco en correr la Vuelta, tras Antón Villatoro en 1997 y 1998, y su presencia es un canto a la resistencia de un pueblo que, como escribe Benedetti, “no se rinde, aunque le pisen el alma”.

En la tercera etapa de la Vuelta a España 2025, disputada este 25 de agosto, el pelotón enfrentó un recorrido de 159.6 kilómetros con un final en alto en Limone Piemonte, una ascensión de segunda categoría que puso a prueba las piernas y el corazón.


La lluvia y el viento marcaron la jornada, con caídas que agitaron el grupo, pero Sergio Chumil, con la tenacidad de su tierra, se mantuvo firme. El francés David Gaudu, del equipo Groupama-FDJ, se alzó con la victoria en un sprint agónico, superando por centímetros al danés Mads Pedersen, del Lidl-Trek. Gaudu, con su ataque en los últimos metros, demostró su clase en la montaña, mientras Pedersen, un sprinter de fuerza bruta, no pudo cerrar la brecha. Jonas Vingegaard, líder de la general, mantuvo el maillot rojo, pero la etapa dejó claro que la Vuelta será una batalla sin cuartel.

Sergio, con su maillot morado del Burgos-BH, cruzó la meta en la posición 30, a 21 segundos de Gaudu, consolidándose como el mejor de su equipo y el orgullo de Guatemala. Como dice Galeano, “el mundo es eso: un puñado de gente que no se rinde”. Y en cada pedalazo de Chumil, Guatemala pedalea con él, soñando con cimas más altas, con victorias que ya no son solo suyas, sino de un pueblo entero.

Fuente: Historias del Ciclismo - FB

No hay comentarios:

Publicar un comentario